sábado, 20 de febrero de 2016

EL PROBLEMA CATALAN RACIONALIZADO

Me gustaría intentar poner un poco de orden en este guirigay de patio de vecinos en que hemos convertido el problema catalán. Veamos lo que proponen los cuatro partidos más votados en las pasadas elecciones genrales.
 
El PP no quiere la secesión de Cataluña pero no pretende hacer nada sino aplicar la ley.

El PSOE no quiere la secesión de Cataluña y quiere remediar el problema mediante una reforma constitucional que contemple la creación de un estado federal.

CIUDADANOS no quiere la secesión de Cataluña y quiere remediar el problema mediante un referéndum a nivel estatal para que todos nos pronunciemos sobre el tema.

PODEMOS no quiere la secesión de Cataluña y quiere remediar el problema mediante un referéndum a nivel sólo de Cataluña para que sean los catalanes los que se pronuncien sobre el tema.

Si analizamos con cuidado lo que proponen CIUDADANOS y PODEMOS vemos que son la misma cosa. Supongamos que se hace un referéndum a nivel nacional y resulta que en el global del estado, sin contar a Cataluña, un 95% ha votado en contra de la secesión de Cataluña, pero el resultado en Cataluña ha sido que el 80% ha votado por la secesión. ¿A que escenario nos conduce este resultado?

A una escena en la que nos encontramos con un territorio bien delimitado en donde positivamente se sabe que el 80% de los electores con derecho a voto no quieren seguir formando estado con España. Esto representa  unos cuatro millones de adultos que, frente a un millón de contraria opinión, son partidarios de la secesión de su región. Indudablemente se les puede obligar por la fuerza y bajo el imperio de la legalidad vigente a permanecer unidos al estado, pero cuando una nación mantiene un territorio anexionado en contra de la significativa mayoría de sus habitantes eso es colonialismo puro y duro. Esta situación tendría mal encaje en la convivencia nacional e internacional de España.

Por ello, si consideramos que todavía hoy los partidarios de la secesión en Cataluña no constituyen una mayoría, resultaría muy conveniente hacer ya un referéndum, bien con la fórmula de Podemos, bien con la fórmula de CIUDADANOS. Si por el contrario creemos que la mayor parte de los catalanes desean la secesión cabría preguntarse acerca de lo ético de mantenerlos a nuestro lado.

Si un marido hiciera eso con su esposa, si la mantuviera por la fuerza a su lado, se haría insoportable para la actual mentalidad social.







martes, 9 de febrero de 2016


DEMOCRACIA VERTICAL

Insisto en llamarles marionetas a nuestros parlamentarios. ¡Menudo espectáculo que están dando esa pandilla de malos payasos! Personajillos seleccionados a dedo exentos de criterio propio.
Se me antoja que habría que copiar los modos de la Iglesia de Roma que hace ya muchos siglos se hartó de los interregnos prolongados e instituyó el cónclave, es decir, todos encerrados con parco alimento e incómodo alojamiento hasta que se pusieran de acuerdo.
Entonces algunos, supongo, optarían por sacrificar la disciplina de partido (invento execrable donde los haya) en aras del sentido común y del también común bien de la nación.

Este sistema no debe ni puede continuar con esta estúpida apariencia de democracia más vertical que en tiempos pasados.


TÍTERES EN CARNAVAL.

La cosa se veía venir desde hacía mucho tiempo. Se quisieron carnavales domesticados, o sea, carnavales postmodernos que parecieran carnavales pero que no lo fueran. Para ello los distintos estamentos institucionales establecieron premios para premiar…. No se lo que pretendían premiar.
El caso es que las distintas murgas, chirigotas y demás elementos del carnaval en vez de explotar la esencia del carnaval, es decir transgresión procaz de usos y costumbres que actuara una vez al año como válvula de escape, se dedicaron a la gracieta desvergonzada consiguiendo de ese modo algunas migajas de dinero público. De ese modo se daba el caso, absurdo si no fuera falso, de que el poder subvencionaba al supuesto fustigador de sus hechos.
Y llegó lo que tenía que llegar. Un grupo de titiriteros escenifica en carnaval un esperpento procaz, irreligioso, libertario, etc y la gente se lleva las manos a la cabeza. Unos se escandalizan porque se muestra una monja abortando con un crucifijo por bisturí, otros porque se presenta alguna corruptela policial, otros porque se ahorca a un juez y otros porque llevaron a sus niños a una sesión de títeres en carnaval. ¿Qué esperaban ver?. Lo de siempre. Un carnaval de gaseosa y limonada….
Lo realmente censurable es que las instituciones de algún modo pretendan domesticar el carnaval. No más dinero público para ser criticados, por favor.
Para tener un carnaval que no lo sea, mejor fue la solución franquista de llamarle fiestas típicas.


miércoles, 6 de enero de 2016

DIPUTADOS MARIONETAS, TRISTES TITERES

El bloqueo a la hora de formar gobierno a nivel del estado español, también en la comunidad autónoma de Cataluña, pone de manifiesto lo que, para mi, es la mayor gangrena de nuestro sistema democrático: nuestros representantes no nos representan; no tienen criterio propio ni se creen la obligación que tienen de dar respuesta a las inquietudes de los ciudadanos. No nos representan, representan a sus respectivos jefes de filas, a los secretarios generales de sus respectivos partidos.
Si tuvieran criterio propio sería impensable que todos respondieran como un solo hombre a las propuestas que se producen en el parlamento. En el momento presente no pareces sino que la inminente sesión de investidura no sea sino otra nueva tomadura de pelo; la voz del portavoz del PP vale 120, la del de Ciudadanos, 40, 90 la del del PSOE, etc, etc. Y si alguno expresa su posible y hasta probable criterio disidente, multa al canto. Esto ni es democracia ni nada que se le parezca; nuestros parlamentarios no nos representan a nosotros, sino a sus partidos.
Por eso se dice con toda desverguenza que las actas de diputado, o de concejales no son del diputado o del concejal sino del partido que lo incluyo en sus listas; como la ley estima por el contrario, que el acta es del individuo, al disconforme que se expresa con criterio propio se le llama, con animo injurioso, tránsfuga; lo ideal es que todos fueran tránsfugas, es decir personas con propios pensamientos y exentas de argumentaríos.