sábado, 10 de noviembre de 2012

EL AHORRO DEL IDIOTA


Vamos a ver. A primera vista parece como que tuvieran razón los que ponen en la puta calle a miles de funcionarios públicos que “no trabajaban por las mañanas y no iban por las tardes”.
Puede que eso sea razonable cuando estuviéramos en una situación de pleno empleo porque así liberaríamos mano de obra ociosa para que pudiera aprovecharse de ella el sector privado.
Pero es absolutamente irracional esa misma decisión cuando lo que le sobra al sector privado es mano de obra de la que aprovecharse.
Esos empleados públicos “ociosos” cobraban unos sueldos que luego revertían en la sociedad en general proporcionando empleo indirecto a mucha gente, peluqueros, camareros, comerciantes, artistas, etc, etc.
Al ahorrarse un funcionario público en épocas de vacas flacas el estado no ahorra nada en absoluto. Con los funcionarios despedidos se van al paro peluqueros, camareros, comerciantes, artistas, ingenieros, arquitectos…
A toda esa gente tiene ahora el estado que prestarles subsidios quizás en un monto igual o mayor que el ahorro derivado del funcionario enviado al paro legal. Además toda esa gente deja de contribuir con sus impuestos a las arcas del tesoro. Total, una ruina como la que estamos viviendo.

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