Don José L. Rodríguez Zapatero ha sido un presidente de gobierno delirante que no supo enfrentar la crisis del 2008. Durante tres años y pico estuvo gobernado la nave del estado en medio de una tempestad que sobrepasaba de largo sus escasos conocimientos económicos y sus reducidas condiciones de líder. En consecuencia nos dejó a los españoles una herencia muy jodida. la deuda pública quizás demasiado elevada y la deuda privada triplicando a la pública. El déficit del estado incluyendo comunidades autonómicas en un elevado 9%. Un desastre.
Sin embargo, lo peor de la herencia de ZP es, sin duda alguna, el gobierno actual. Hemos auspiciado el advenimiento al poder de un personaje más bien patético. De “Político provinciano” y de “Oportunista inoportuno” lo ha calificado el Financial Times, que también recoge la opinión de un destacado lider del PP que opina que es “el hombre equivocado en el lugar equivocado y en el momento equivocado”
Sin embargo, lo peor de la herencia de ZP es, sin duda alguna, el gobierno actual. Hemos auspiciado el advenimiento al poder de un personaje más bien patético. De “Político provinciano” y de “Oportunista inoportuno” lo ha calificado el Financial Times, que también recoge la opinión de un destacado lider del PP que opina que es “el hombre equivocado en el lugar equivocado y en el momento equivocado”
El pelo de la dehesa del que no ha sabido desprenderse es su
condición de registrador de la propiedad y de presidente de la diputación
provincial de Pontevedra. Desde esa dehesa ha ido ascendiendo en la escala jerárquica
de su partido hasta alcanzar las cumbres de su nivel de incompetencia más
absoluta.
Dice que no le gustan las medidas tan dolorosas que está
dictando… pero que las toma porque son ineludibles. Sin embargo no nos explica
la razón de que sean ineludibles. Se contenta con decirnos que son cosas de
sentido común, que así lo manda Dios (“hacer las cosas como Dios manda”) y que
son asuntos muy complejos, muy difíciles de entender. Si él los ha entendido
creo que podremos entenderlos nosotros. Queremos que nos los explique. Lo malo
es que, a lo mejor, es que él tampoco los entiende. Lo peor es que, aunque no
las entiende ni las comparte, se cree obligado a seguirnos apretando el cinturón
alrededor del cuello.
Mire, don Mariano Rajoy, si no sabe explicarnos algo tan importante para nosotros lo más seguro es que usted mismo no lo haya comprendido. Está usted caminando con los ojos cerrados guiado por un lazarillo ciego (don Luís de Guindos). Lo malo es que nos lleva a todos a rastras.
Espero que cuando la cosa no se solucione a pesar de sus soluciones tenga la decencia elemental de quemarse a lo bonzo. Se que es una esperanza fallida la mía; se contentará a lo sumo con decir eso que SM ha puesto de moda: “Lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder”. Luego con gesto compungido y la bolsa bien provisionada para sus restos se irá por el mundo dando conferencias en gallinglish siguiendo las huellas de su maestro.
Mire, don Mariano Rajoy, si no sabe explicarnos algo tan importante para nosotros lo más seguro es que usted mismo no lo haya comprendido. Está usted caminando con los ojos cerrados guiado por un lazarillo ciego (don Luís de Guindos). Lo malo es que nos lleva a todos a rastras.
Espero que cuando la cosa no se solucione a pesar de sus soluciones tenga la decencia elemental de quemarse a lo bonzo. Se que es una esperanza fallida la mía; se contentará a lo sumo con decir eso que SM ha puesto de moda: “Lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder”. Luego con gesto compungido y la bolsa bien provisionada para sus restos se irá por el mundo dando conferencias en gallinglish siguiendo las huellas de su maestro.
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