sábado, 27 de julio de 2013

COSAS QUE CAMBIAR


Hay un aspecto de la democracia formal de U.S.A. que me es particularmente atractivo: el modo en el que se renuevan el senado y la cámara de representantes.
Cada senador es elegido para un período de seis años, es decir, no coincide con los períodos presidenciales. Además un tercio de los senadores se renueva cada dos años.
Los períodos en la cámara de representantes si que coinciden con el período de los presidentes, cuatro años, pero además se renueva la mitad de la cámara cada dos años.
Este sistema de relevo posibilita que el poder ejecutivo no se exceda en una gobernanza que los ciudadanos puedan considerar lesiva para la sociedad. En España tendríamos que esperar cuatro años para impedirlo mediante un rechazo popular en las urnas. En los EEUU ello se produciría sólo a los dos años.
Además, los cambios en España tienen un marcado carácter pendular. Al renovarse el congreso cada cuatro años en su totalidad, las políticas de aplicación suelen ser extremadamente opuestas, sin mediación de debate y de consenso. En U.S.A., por el contrario, al renovarse sólo la mitad de la cámara a los dos años, su composición no pasa repentinamente al extremo opuesto, sino a una actitud de semi equilibrio en el que sólo es posible una política de compromiso y entendimiento.
¡Lástima que no copiemos alguna vez las cosas buenas!

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