EL caso PUJOL es un gran escándalo más entre los ya muy numerosos grandes
escándalos de la corrupción nacional.
A
bote pronto se me ocurre una maldad.
El
caso me hace recordar aquello del Lazarillo de Tormes tomando uvas de dos en
dos del racimo que compartía con su patrón, el ciego. Este supo que Lázaro
cogía las uvas a pares porque él, el ciego, las cogía de tres en tres y el lazarillo no protestaba. Muchos por debajo
de ex honorable debían estar tomando de dos en dos las uvas de la cosa pública
y muchos de mayor rango las estarían tomando de cuatro en cuatro. Así que nadie
protestaba. Primero abdica el rey y al poco se confiesa don Jordi. ¿Recuerdan aquel famoso “tranquilo,
Jordi” del 23 F?
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