sábado, 17 de marzo de 2012

VOCACION DIVINA, REMEDIO CONTRA EL PARO.

En relación con la campaña promovida por la iglesia para captar nuevos sacerdotes me vino a las manos lo que se dice en la Historia General de la Iglesia desde los apóstoles, al Pontificado de Gregorio XVI, escrita por Antoine-Henri Berault-Barcastel, editada su traducción en Madrid en 1854, puede leerse en la página 384 del libro sexto (desde la elección de Clemente XIII en 1758 hasta la bula Apostolicum en 1796) lo siguiente:

“Hay que advertir (pues debemos indicar con toda claridad el origen de estos males) que por lo general no se empleaba la suficiente severidad en la elección de los individuos que se dedicaban al ministerio divino y que con frecuencia no tenían más vocación que puros motivos de interés. El estado eclesiástico era, digámoslo así, el último recurso de los jóvenes que carecían de bienes de fortuna y en la elección de estado no presidía más que el espíritu de especulación.”

Se refería a las causas que habían conducido a la muy baja calidad moral del clero en esa segunda mitad del siglo XVIII. Parece que se quiere repetir la historia.

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