Parece ser que la situación en la economía española es tan mala que cada día que pasa sin que el señor Rodríguez Zapatero deje de ser presidente de gobierno es un día durante el que caminamos en la dirección equivocada; vamos como si Colón para llegar a las Américas hubiera puesto rumbo a Palestina.
El clamor general de todos los partidos políticos es que hay que convocar, YA, elecciones generales para ver si de una vez se destrona al indeciso ZP. Es un asunto de la máxima urgencia y la fecha del 20N, si, la del aniversario ese, parece tan lejana como si una operación de peritonitis se hubiera puesto en la larga lista de espera de la seguridad social.
El señor R.Z. no tiene mayoría en el congreso de diputados; todos los demás parece están en la onda de que se vaya hoy mejor que mañana… ¿por qué demonios no se le plantea una moción de censura y hay un relevo en cuestión de una semana?
Mucho me temo que el demonio que impiden este movimiento político para casos de máxima urgencia como parece ser este de ahora, sea algo tan sencillo como que nadie se atreve a ponerle el cascabel a este gato de la crisis. El “lider” del PP, casi seguro ganador en las próximas elecciones del 20 N, confía que entre esos pocos meses en los que el errático ZP no atina a meter el llavín en la cerradura de la buena vía, sumados a los muchos meses en los que ya como jefe de gobierno gaste en lamentar la mala situación heredada, confía, digo, en que haya transcurrido el tiempo suficiente para que el resto del mundo se haya recuperado lo suficiente como para que otra vez nos invadan millones de turistas, para que otra vez exportemos esas cosas que exportamos y de las que el mundo se priva en cuanto tiene que apretarse un poco el cinturón del gasto, para que otra vez cometamos los mismos pecados especulativos del ladrillo…confía, en pocas palabras, en que el virus se muera por sí sólo y poder achacarse un mérito inmerecido.
Hay que exigirle a este buen patriota que no se atenga tanto a eso que se llama el manejo de los tiempos políticos, que tome el bisturí que tiene a mano y tenga la gallardía de plantear, YA, una moción de censura ya que por lo visto tiene la varita mágica para solucionar la crisis que padecemos.
Por cierto, tampoco estaría nada mal que si este supuesto cirujano carece de los redaños suficientes para extirpar el tumor maligno, fuera el otro cirujano supuesto, Rubalcaba, el que le planteara la moción a su antiguo señorito, nada mal, puesto que también parece que tiene otra varita mágica no menos poderosa que la de su futuro rival electoral.
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