Los humanos somos animales depredadores. Damos muerte a otros animales para procurarnos parte de nuestro sustento.
Las personas que matan animales para procurarse su sustento son cazadores. Por ejemplo los pigmeos cazan elefantes para comerlos. Los indios cazaban búfalos para comerlos y procurase vestidos.
Las personas que profesionalmente sacrifican animales como intermediarios para procurar alimento a los demás son honrados profesionales, matarifes, matachines, etc
También son respetables y honrados profesionales las personas que sacrifican animales para mantener su población dentro de un número que permita su mejor pervivencia como especie. Estos son los cazadores profesionales que mediante un salario adecuado se encargan de ello.
A los que ya no se les puede considerar personas es a los que matan animales por el puro placer de matar.
Quieren ser considerados como cazadores deportivos, pero, del rey abajo todos, no son sino sádicos que disfrutan con la muerte de otros animales. Son malas personas por más que quieran decir que crean riqueza con su actividad cinegética, que crean puestos de trabajo con su afición.
Los que pagan por matar animales son peor que los que pagan por tener sexo.
Son comparables un safari cinegético y un tour de turismo sexual; seguramente tienen la misma clase de clientes.
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