martes, 17 de abril de 2012

PONIENDO CASCABELES A LOS GATOS

Vamos a ponerle de una vez el cascabel al gato. Por lo menos, en lo que a mi respecta, diciendo con toda la claridad que pueda lo que nos está pasando en España con esta crisis que todo lo justifica.


Doy por cierto la idea fuerza del PP de que uno no puede gastar más de lo que recauda.
Doy por cierto que ha habido gastos innecesarios en las administraciones a sus tres niveles: central, autonómico y local. En lo de gastos innecesarios incluyo también los derroches en fastos y lo que han afanado políticos corruptos, que por desgracia son muchos, aunque, ya lo se, no todos son corruptos, pero los que lo son valen por mil.
Doy por cierto que Europa nos impone que tengamos unos presupuestos económicos en los que el déficit, caso de que lo haya, sea insignificante,
Dando todo eso por cierto, sin embargo, no veo razón alguna para que las administraciones, en sus tres niveles: central, autonómico y local, hayan de reducir sus prestaciones a los ciudadanos a los que se deben. La gente no quiere menos prestaciones sociales, no quiere menor o peor sanidad pública, la gente no quiere menor o peor educación pública. Lo que la gente quiere es que de verdad se persiga le corrupción pública con penas de tal modo severas que verdaderamente disuadan al servidor público de desatender sus legítimos deberes y de dejarse corromper, y que disuadan igualmente al ciudadano en general de intentar corromper al servidor público. Gástese lo necesario para conseguirlo, aunque sea pidiendo prestado; si se tiene éxito se devolverá el ciento por uno. Hay sistemas jurídico-policiales todavía más baratos que el nuestro, pero el nuestro es demasiado barato para servir de algo. En este marco la gente quiere una rápida detección del delito y un castigo rápido y ejemplar.
La gente acepta de buen grado los gastos que sus respectivas administraciones hacen para divertirlos o para hermosear fugazmente sus entornos, pero no van a sentir en sus carnes ni en la carne y el pan de cada día si estas administraciones recortan sus cargos con destino a diversiones y campañas de ferias y fiestas.
Finalmente, si después de todo lo anterior, aún saliera un déficit demasiado alto habría que hacer algo antes de hacer pasar hambre a la gente, hambre social y hambre de la de verdad de esa de la que se ocupa Cáritas, bendita sea.
Ese algo es recaudar más de donde haya más. Hay que hacer los impuestos tan marcadamente progresivos como sea posible. Decía el presidente Aznar, Dios lo tenga en su gloria, que en España los ricos no pagan impuestos. Ese es el cascabel, hay que hacer que los ricos, porque son los que pueden y porque son mas católicos y patriotas que los demás, arrimen el hombro lo máximo que puedan  (y pueden mucho) para que el déficit sea tan pequeño como sea preciso, para que si es necesario, se llegue a un presupuesto con superavit.
Ese es el cascabel  que podrá evitar que el gato (los mercados) siga comiendo impunemente ratones (Grecia, Portugal, Irlanda…).   

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