El problema de responsabilidad directa del gobierno de una nación es su deuda pública. En este aspecto su gobierno ha heredado una situación envidiable; tiene sólo el 60% de su PIB de endeudamiento. Un nivel bastante más bajo que el de la mayor parte de los grandes países de la eurozona.
Cierto que la situación económica del país en su conjunto es mala, muy mala. La suma de las deudas de los españoles endeudados triplica el PIB nacional.
¿Hasta que punto debe el estado preocuparse y actuar para remediar esta tan alarmante deuda privada?
Debe preocupar mucho por cuanto que este excesivo nivel de deuda ha provocado unas tasas de paro casi insostenibles que amenazan con incrementar nuestra deuda pública hasta niveles también excesivos.
Aumento de deuda pública que se produce por una doble razón:
- el estado tiene que gastar más en socorrer a más parados
- el estado ingresa menos, hay menos gente pagando impuestos sobre la renta.
La primera razón es ineludible; el estado no puede desatender a la población de la que es responsable. Es preciso asumir el aumento de gasto debido a este acto de justicia social, no de caridad sino de justicia social. Un elemental sentido de fraternidad nos lo exige.
La segunda razón es inadmisible. Si hay menos gente pagando impuestos, los que pagan tendrán que pagar más.
El estado no puede incrementar su nivel de endeudamiento salvo en casos extremos de emergencia nacional, guerras, catástrofes naturales, etc. En situaciones “normales” el estado debe fijar los tipos impositivos de modo que recaude lo que necesita para sus gastos. Ello normalmente requerirá aumentar la presión fiscal de manera marcadamente progresiva, tan progresiva como sea preciso.
Dice la mala gente que si se hace esto, los grandes capitales se irán al extranjero; como si no lo hicieran ahora, como si no supiéramos todos lo que significan los paraísos fiscales. El capital que se revuelca en el fraude no es que no quiera pagar un 70% es que no quiere pagar nada en absoluto. Por eso, si se van, que se vayan, peor es que se queden y quieran tener barra libre con la amenaza de irse. Hasta luego, Lucas, ya nos las apañaremos sin vosotros.
Sin embargo su gobierno, señor Mariano, quiere que esa deuda privada la paguemos entre todos. Yo creo que deben pagarla los que la han contraído.
Además, ¿en que ayuda que el estado restrinja gastos para disminuir el enorme monto de la deuda privada. Yo creo que, todo lo contrario, esa disminución no hace sino aumentar todavía más el paro. Más vale tener un funcionario de sobra que un parado más. El funcionario algo hace, cobra más que el parado y por lo tanto consume más que el parado. No es bueno que baje el consumo. ¿no cree?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario