Para ser ejemplares en esta crisis no basta con que el rey o sueldos del estado de parecida cuantía, pregonen que se reducen el 7% o el 15% o el porcentaje que quieran decirnos.
Para ser ejemplares hay que llorar con los que lloran y sufrir con los que sufren. Si la mayoría de la gente tiene que arreglárselas con, digamos, 1000 € al mes, el miembro político ejemplar que impone austeridad no puede arreglárselas con, digamos, 10.000 al mes aunque nos comunique que es que antes ganaba 20.000 al mes.
Miren, esto es como una sociedad en la que cuando hay agua suficiente cada quien consume de acuerdo con sus posibilidades. Los hay que sólo pueden permitirse una ración de subsistencia de 5 litros/día para beber, lavarse y cocinar. Otros consumen 20 litros/día porque añaden a sus gastos algunos usos comunes civilizados, duchas, sanitarios etc. También los hay que consumen 50 litros/día para regar sus jardines y hasta hay los que llegan a los 200 litros/día para sus piscinas y campos de golf. Bien está si hay agua para todos.
La ejemplaridad se debe poner de manifiesto cuando hay que racionar el agua. No se puede imponer que todos reduzcan un 25% su consumo, el que se contentaba con 5 litros días puede morir.
En casos de profunda escasez, de crisis, los que más tienen tendrán que recortarse mucho más hasta llegar, si preciso fuere, a compartir el agua en igualdad de cuantía que los que menos tienen. Lo demás son zarandajas engañosas.