sábado, 2 de junio de 2012

AUSTERIDAD, TERRORISMO ECONOMICO

No sabemos lo que nos pasa y lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa. (Ortega y Gasset)

Está muy de moda entre los recortadores explicar la necesidad de reducir y reducir el gasto público con una metáfora peligrosa y falsa.
Dicen que los problemas de una economía nacional son igual que los problemas de una familia. Si una familia que debe mucho tiene que apretarse el cinturón, lo mismo debería hacer el estado si tiene una deuda elevada.
Es una metáfora peligrosa porque convence fácilmente al oyente ingenuo y de buena fe.
Es una metáfora falsa porque a nivel nacional los gastos de uno son los ingresos de otros. Así que si todos reducimos gastos para reunir con lo que pagar la deuda que tenemos, lo que hacemos en realidad es reducir los ingresos de todos.  Ganamos menos y así se agrava la posibilidad de pagar la deuda. Si yo gasto menos, tú ganas menos y viceversa.
En la situación actual en la que la deuda privada supera con mucho a la deuda pública y los deudores privados carecen de los necesarios ingresos para poder hacer frente a sus deudas, es cuando el estado debe endeudarse, es decir gastar más para comopensar la incapacidad de gasto del sector privado. Ya procuraremos pagar la deuda pública cuando se haya recuperado la economía privada.  
Quieren además apuntalar la metáfora diciendo que es preciso disminuir el gasto del estado para salir de la crisis. Tampoco esto es real. Austria y Suecia, países con el mayor gasto público de Europa, son los que se han visto menos afectados por la crisis actual.

Esto no es nada nuevo. Lo dijo ya Irving Fisher, uno de los grandes economistas de la historia, lo resumía diciendo que “cuanto más deudas pagan los deudores, más deudas tienen”.  La crisis actual, particularmente referida a la estrategia europea para combatirla, está dándole la razón.
Lo dijo también John Maynard Keynes  afirmando que el tiempo para que el estado sea austero y recorte gastos es cuando la economía va bien, no cuando va mal.

Pero si no es nada nuevo y los economistas lo saben… entonces ¿Por qué se aplican los remedios al revés? ¿Por qué ese empecinamiento en recortar cuando la economía va mal?

No podemos achacar esa línea de acción a la ignorancia. Habremos entonces de achacarla a la expresa voluntad de desmantelar las prestaciones sociales. Sencillamente los que más tienen no quieren pagarlos. La austeridad no sirve para combatir la crisis, sino para aterrorizar a la gente y que se resigne a perder sus derechos sociales. Verdaderamente podríamos calificarlo de terrorismo económico como apuntaba el presidente de la Junta de Andalucía no hace mucho.






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