Seguramente aquellos indignados del año pasado que tan educadamente acamparon en Sol han sido cogidos en las redes del establishment. En 2011 teníamos motivos para estar civilizadamente indignados. En este 2012 tenemos más que sobradas razones para estar cabreados. Aquella gente que trajo un soplo de ilusión a los corazones de muchos están ahora como desaparecidos. Están desperdiciando la mejor ocasión que podrán tener en mucho tiempo. Se trata de arropar con su presencia activa la marcha de los mineros hacia Sol. No para restarles protagonismo a los mineros de la marcha negra, sino para manifestar que se comprenden y comparten sus reivindicaciones. Sería la mar de bonito verlos entrar mezclados con los indignados del 15M hasta ocupar el centro de Madrid. ¿Me quedaré con las ganas?.
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