jueves, 28 de junio de 2012

RESCATE A LA BANCA

Lo que pretende nuestro presidente de gobierno, con perdón, es una gran tontería. Me refiero a su pretensión de que EUROPA financie directamente la recapitalización de determinadas entidades bancarias radicadas en España.
EUROPA está dispuesta a prestar al estado español el dinero suficiente para esa recapitalización. Confía que el estado español sea garante suficiente para esa cantidad de miles de millones de euros que se consideran necesarios para el tema. No confía en que las entidades bancarias afectadas sean de por si bastante garantía para proceder a la devolución del préstamo y de sus intereses en plazo razonable.
EUROPA quiere que se proceda a esa recapitalización. No por el mero hecho de que se vaya o no al tacho este banco o aquel otro, sino para procurar que sus propios bancos puedan cobrar lo que estos bancos adeudan. De ahí esa buena disposición a prestar al estado para que el estado aporte el dinero que se necesite para que se pueda cobrar la deuda; ya pagaremos nosotros lo que deben determinados bancos radicados en España. EUROPA no es tonta, desde luego. Con un astuto golpe de trilero va a ser capaz de transformar una deuda privada de dudosa solvencia en una deuda pública que pagaremos todos los españoles aunque hayamos tenido la prudencia de no endeudarnos para no vivir por encima de nuestras posibilidades.
Veo aceptable que el gobierno de una nación intermedie para que ciertas empresas consigan créditos para salvaguardar su funcionamiento. Pero intermediar no es respaldar con su solvencia la mala gestión de esas empresas. Siempre que una empresa fracasa en su gestión hay una serie de gente perjudicada. La diferencia en el caso de que la empresa sea un banco privado es que hay personas que pueden perder el dinero depositado en ellas; garantizar dentro de los márgenes legales que estos impositores van a poder disponer de su dinero es la verdadera función del estado, para respaldar esa garantía podría endeudarse si fuera necesario. El sistema para ello parece sencillo. Se interviene el banco, se procede al correspondiente concurso de acreedores y venta de activos, se cumple la ley respaldando las imposiciones de la gente hasta los límite legales y aquí paz y después gloria, como en el caso de que hubiese quebrado una mercería o un supermercado.
Ojalá este análisis fuera erróneo y EUROPA accediera a dar esos miles de millones a los bancos españoles deficientemente gestionados sin que el estado resultara afectado por ello. Sin embargo lo que probablemente ocurra es que nos vuelvan a desfigurar la verdad y nos quieran presentar como exitosa una gestión impresentable. Lo sentiría de veras.


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