viernes, 14 de octubre de 2011

LA CRISIS EN ESPAÑA Y EN FLORIDA.

La actual crisis financiera es básicamente la misma en España y en Florida: una burbuja inmobiliaria que estalló.


Pero España está en desventaja comparada con Florida. Ello se debe a dos razones muy obvias:

La primera es que Florida puede recibir fondos del Estado Federal para atender sus gastos sociales; por el contrario, España es un estado soberano que debe afrontar con sus propios recursos todo el peso de la recesión.

La segunda es que el mercado de trabajo en USA es muy fluido; los trabajadores se desplazan sin impedimentos mayores a los estados con mejores perspectivas económicas. (Esta movilidad se ha visto actualmente un tanto restringida debido, precisamente, al fenómeno de casas en propiedad que desató la burbuja inmobiliaria). Por el contrario, en Europa, la movilidad teórica de la fuerza de trabajo se ve seriamente restringida por razones de formación e idiomáticas. Por ello España no puede exportar su excedente de fuerza de trabajo en la medida que sería necesario. Florida, si puede.

¿Qué puede hacer España entonces? La solución pasa por incrementar la competitividad de su fuerza de trabajo. Incrementar esta competitividad a base de capital o a base de formación requiere un plazo bastante dilatado en el tiempo y es tiempo una de las cosas que no permite tener la crisis actual. Como diría Keynes, en el largo plazo todos estaremos muertos.

Podría también ganarse en competitividad devaluando la moneda del país, pero no se puede hacer porque el país ya no tiene moneda propia. Su moneda es el euro que comparte con la mayor parte de su “pseudo estado madre”.  Esta dependencia del euro es también para varios otros países, Grecia, Portugal, Irlanda, etc,  una pesada carga que seguramente nos arrastrará al abismo, bueno, o, siendo optimistas, al menos a darnos un buen batacazo. ¡Que listos fueron los ingleses al no querer atarse al euro!

Queda sólo la salida de reducir el nivel general de los salarios. La gente trabajando lo mismo por menos dinero o, alternativamente, trabajando más por el mismo dinero.

De las dos alternativas me parece más racional la segunda porque se mantendría al menos la actividad no ligada a los salarios y ello generaría seguramente un efecto multiplicador.

De todos modos, mucho me temo que el “consenso” va a pasar por la primera alternativa de reducir los salarios y ello va  a arrastrar  a los no asalariados al infierno de los recortes. ¡Que malos gobernantes, empresarios y sindicalistas tenemos!, ¡qué pena!


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