viernes, 16 de diciembre de 2011

GALLINAS DE HUEVOS DE ORO

En el caso hipotético de que un muy agresivo virus mortal borrara de la faz de la tierra a toda la raza humana, nada desaparecería con los hombres excepto el dinero; es obvio que permanecerían las monedas, los billetes, los asientos bancarios y los títulos de propiedad, pero serían sólo cosas inertes, no dinero.

Porque el dinero realmente sólo existe en la mente humana. Es una ficción creada por los hombres. Una invención humana valiosísima que ha servido de motor para muchas de las grandes empresas de la humanidad; pero no deja de ser una ficción que reside sólo en la mente de los hombres. Hay siempre tanto dinero disponible como capaz sea la mente humana de concebirlo. Recuerden lo que hacemos cuando jugamos al palé o monopoly.

Quiero decir con ello que no existe fenómeno natural alguno, por terrible que podamos imaginar, detrás de las crisis económicas que siembran la ruina en países, en continentes enteros.

Es entonces razonable pensar que detrás de cada dolorosa crisis financiera hay un quehacer humano que la provoca. Si las depresiones económicas fueran causadas por huracanes, por terremotos, por erupciones volcánicas, por gigantescos tsunamis, por asteroides precipitados contra la corteza terrestre, uno hasta se sentiría reconfortado en su condición humana, miraría con solidaridad a sus vecinos y se aprestaría a rehacer con entusiasmo todo lo que esas fuerzas de la naturaleza hubieran destruido.

Pero los que nos provocan las sucesivas crisis financieras son verdaderas depresiones anímicas; sabemos que detrás de ellas hay toda una tramoya de gente poco escrupulosa, incluso de gente malvada, que sólo pretende explotar en su provecho nuestra capacidad de acción sin darnos nada a cambio, nada que exceda lo que ellos consideran suficiente para no matar su enorme gallinero de gallinas de los huevos de oro que somos nosotros, los explotados.

¡Como me gustaría que en vez de ser gallinas de huevos de oro nos decidiéramos a ser simplemente hombres con huevos normales! Entonces, como el dinero sólo existe en la mente de los hombres, podríamos mandar a hacer puñetas de una vez a todos esos que conforman los “mercados” y organizar por nuestra cuenta otros modos de vivir.






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