Parece mentira pero después de muchas vueltas y revueltas por la historia nos encontramos de nuevo en ese periodo entre 1815 y 1818 en que se fragua la quíntuple alianza para mantener el status quo del absolutismo en Europa. Prusia, Austria, Rusia, Francia e Inglaterra coaligadas para preservar en toda Europa el absolutismo de sus reyes frente al liberalismo incipiente y los nacionalismos emergentes. Klemens Wenzel Lothar von Metternich fue su inspirador.
La alianza se reservaba el derecho de entrometerse, por la fuerza si necesario se considerare, en la gobernanza de cualquier nación europea que pretendiese atentar contra los principios que, según sus integrantes, eran la panacea universal para el bien común.
La cosa no quedó en meras palabras. Austria aplastó a los nacionalistas italianos y Francia liquidó el liberalismo español con los cien mil hijos de San Luis.
Ahora, en 2012 como aquel que dice, ha vuelto a resurgir el mismo espíritu de intromisión en Europa del brazo de Alemania y Francia y en defensa de la inviolabilidad de la estabilidad del euro como bien absoluto. Se reservan el derecho de sancionar a cualquier nación europea que no cumpla con lo que se les indica en materia de estabilidad presupuestaria. Angela Merkel es su inspiración.
¿Estarían dispuestos a aplicar en el siglo XXI la acción directa de la fuerza como ya hicieron en el XIX?
Mientras llega o no esa necesidad de acción directa se contentan con que sean los mismos gobiernos de las naciones satélites las que se encarguen de aplicar en las calles la fuerza para reprimir la protesta social.
Vivir para ver.
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