sábado, 3 de diciembre de 2011

RESCATES ECONÓMICOS.


Se dice que no es justo que se pida a los ciudadanos alemanes que se sacrifiquen para rescatar las deudas de los países del sur de Europa. Se razona que ese rescate puede ser muy costoso y que, además, destruye la relación entre esfuerzo y recompensa.
Este razonamiento requiere un examen más detallado. Veamos primero lo que se refiere a que el rescate pueda ser muy costoso. Lo primero y principal que requiere este rescate es el aval de una institución con garantías suficientes. Esa institución bien podría ser el banco central europeo (BCE)
Este aval, en principio, nada le cuesta al avalista. Nuestros responsables políticos y sus seguidores en los medios de comunicación se han mostrado ansiosos de pregonar como se les está dando dinero para el rescate de los bancos. Esto es verdad. Por supuesto que estamos dando enormes subsidios a los beneficiarios de los rescates.
Sin embargo conviene señalar que el dinero que se prestó a los bancos tuvo muy poco coste para el gobierno. Los avales son gratis para el gobierno, salvo en caso de ruina de la entidad avalada. Esto significa que aun cuando se recuperara sólo el interés nominal, el gobierno no se vería afectado.
Este es el mismo caso en relación con el BCE. Si esta institución avalara la deuda de los países con problemas cesaría el alza continua de los interese de sus bonos y la carga de su deuda sería perfectamente asumible por todos ellos. Esto significa que el costo neto para el BCE sería casi nulo y a lo mejor hasta reportaba algo de beneficio. Más aún el BCE puede emitir tantos euros como quiera, del mismo modo que la reserva federal USA puede emitir tantos dólares como quiera.
Todo lo anterior quiere decir que la carga económica para los ciudadanos alemanes sería cero.
Conforme, pero tenemos que hacer aquí un inciso. Para hacer lo anterior el BCE tendría que abandonar su adoración por una inflación máxima del 2%. Si el BCE estuviera dispuesto a devolverle al sur de Europa su capacidad de crecimiento económico, habría de asumir que la inflación en Alemani podría nuy bien subir al 3 o al 4 por ciento. ¿es eso una carga demasiado pesada para los ciudadanos alemanes? Quizás necesitaran algún tipo de terapia para no juzgar esa situación como un desastre; la factura de la terapia la pagarían gustosos los países rescatados.
Veamos también lo que se refiere a la relación entre esfuerzo y recompensa. Se habla de prestatarios irresponsables, pero éstos no podrían existir sin que hubiera prestamistas irresponsables. Se supone que los que prestan dinero deberían conocer la solvencia de aquellos a los que se les presta. Esto quizás sea lo que distingue a los buenos bancos de los malos.
De alguna manera podría buscarse excusas en el caso de Grecia, ya que falseó los datos de su situación económica, aunque personas muy familiarizadas con el mundo financiero me aseguran que los prestamistas sabían que Grecia estaba mintiendo. En donde no puede haber excusas en los prestamos por valor de billones de euros que alimentaron la burbuja inmobiliaria en España, en Irlanda y en muchas otras naciones donde los bien remunerados banqueros actuaron con entera libertad y que deberían haber sabido a donde llevaría lo que estaban haciendo.
En un mundo en el que estuvieran ligados el esfuerzo y la recompensa, esos banqueros irresponsables deberían haber sido arrojados a la calle, a las cloacas de la sociedad por su increíblemente destructiva avaricia y por su incompetencia. Eso no ha sucedido y a nadie parece preocuparle.
En vez de eso se prefiere ver sufrir a la gente en España, Portugal, Italia etc, por la sencilla razón de que sus líderes no son más competentes que los responsables del BCE o de los bancos de Alemania o de Francia. Sus responsables políticos creen que es mejor afrontar largos períodos de desempleo, recortar las pensiones y los salarios, y reducir los gastos en sanidad y en educación.
No se en que mundo se da eso de la ligazón entre esfuerzo y recompensa. Si alguien lo sabe, que lo diga.

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