Sigue sonando el runrún de que el estado, como cualquier familia, no puede gastar continuadamente más de lo que tiene”. Luego se añade que es absolutamente necesario y cueste lo que cueste meter la tijera por donde sea y, como también les gusta decir a los mismos, adelgazar el estado; es decir, que el estado gaste menos a costa de lo que sea; aunque sea ofreciendo menos servicios de sanidad, de educación, de seguridad; al fin y al cabo, las personas de bien tienen posibles para atender de su peculio esas necesidades. ¿o no?.
En sanidad por ejemplo, si un cáncer, nos vamos a Houston, si otro alifafe muy importante, a la clínica Mayo, para las cosas normales, también aquí tenemos buenas clínicas privadas. En educación que podemos decir que no sea archisabido; volvamos a lo de antes; educación de calidad para los que puedan costeársela, a los demás las cuatro reglas mal aprendidas, el abecedario y van que chutan. Tampoco la seguridad es un problema; el que quiera seguridad que la pague; hay muy buenas y boyantes empresas de seguridad en esta España nuestra.
En sanidad por ejemplo, si un cáncer, nos vamos a Houston, si otro alifafe muy importante, a la clínica Mayo, para las cosas normales, también aquí tenemos buenas clínicas privadas. En educación que podemos decir que no sea archisabido; volvamos a lo de antes; educación de calidad para los que puedan costeársela, a los demás las cuatro reglas mal aprendidas, el abecedario y van que chutan. Tampoco la seguridad es un problema; el que quiera seguridad que la pague; hay muy buenas y boyantes empresas de seguridad en esta España nuestra.
Y ese runrún agorero parece que está a punto de substanciarse en toda la nación; La Unión Europea impone que nuestro presupuesto sea equilibrado; así, además, lo hemos votado en referéndum, imponiédonos este concepto como ley. ERGO, dicen, no hay más remedio que recortar, no hay más remedio que reducir los gastos del estado.
La diferecia entre Ingresos (I) y Gastor (G) del estado arroja un resultado negativo y por lo tanto, nos dícen, hay que reducir el sustraendo, G, los gastos. Bueno eso podría ser asó, no cabe duda.
Pero lo mismo se conseguiría aumentando el minuendo, I, los ingresos. Para ello, claro está, sería necesario aumentar y hacer bastante más progresivos los impuestos de todos.
Con la primera opción, reducir el gasto, se reduce la demanda total y se desampara a la gente (menos empleo, menos prestaciones sociales, salarios más reducidos y menor cobertura a los desempleados y paz social deteriorada.
Con la segunda opción , pues lo contrario. Se incrementa la demanda y se ampara a los necesitados.
La austeridad no siempre es una virtud; en casos extremos lleva a la anorexia social.
¿Entonces?
Seguirán runruneando los recortes porque ¿a quien que tenga algún tipo de poder le interesa que le toque pagar los platos rotos si puede hacer que los pagen los que no tienen más remedio que pasar por la tira?
No hay comentarios:
Publicar un comentario