miércoles, 30 de mayo de 2012

EL IBI DE LA IGLESIA

Con toda esta movida de reducir el déficit, algunos han puesto sobre el tapete la necesidad de que la iglesia católica pague los impuestos correspondientes a sus posesiones. Por lo visto no paga el IBI. Parece justo que lo pague, pero yo creo que la cuestión ha sido erróneamente formulada. El problema es que hay muchas instituciones que no lo pagan, entre ellas la iglesia católica. El hecho de pagar los impuestos es un acto de solidaridad colectivo y si hay exenciones lo presentamos como una carga onerosa.
Nadie debe quedar exento de pagar los tributos debidos.
Los ayuntamientos no deben hacer distingos entre los bienes inmuebles de unos y de otros. Cualquier titular de uno de ellos, debería estar obligado a pagar el impuesto correspondiente. El estado debería pagar el IBI correspondiente a sus cuarteles militares por ejemplo, también por el museo del Prado; la iglesia católica, por sus catedrales y palacios arzobispales. Luego se vería en otro capítulo distinto la ayuda que las otras instituciones del estado, nunca los ayuntamientos, habrían de aportar a los titulares de esos inmuebles en función de su utilidad pública o de su valor histórico; ayuda seguramente necesaria para que por ejemplo la iglesia católica no se viera tentada de demoler la catedral de Burgos para construir unas viviendas de lujo. Pero ese sería otro problema. Primero se paga el IBI a los ayuntamientos y luego se protegen las funciones sociales o los bienes culturales. Las exenciones no traen sino un embrollo recaudatorio del que se aprovecha gente poco solidaria para escaquearse de pagar tributos solidarios, ya se sabe, a río revuelto, ganancia de pescadores. También se dice que no hay regla sin excepción, pero cuando una ley tiene, como en el caso del IBI, muchas excepciones ya no es ley sino arbitrario capricho en donde se pueden guardar demasiados trapos sucios.

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