Una mujer que amo ha querido conocer mi parecer en relación con una misteriosa cuestión. Las mujeres son siempre un misterio. ¿Que es más importante en una obra de arte, su elaboración o su resultado final?
Nunca me había yo planteado ese tema. No creo que tenga una respuesta unívoca.
En primer lugar hay que considerar la importancia para las personas ajenas al artista; para éstas parece obvio que lo más importante es el resultado, la obra de arte finalizada.
Sin embargo, si nos referimos al artista, me inclino a pensar que le importa más la elaboración que el resultado.
La obra de arte proporciona al artista alimento para su ego, se siente admirado y eso lo llena de orgullo. Le proporciona quizás también la posibilidad de vivir de una actividad que le satisface, lo cual es un don del cielo. Si, la obra de arte es muy importante para su autor.
Sin embargo es durante su elaboración donde el artista se complace superando, hasta donde le es posible, los retos que se le van presentando. A lo largo de ese proceso creador se suceden tiempos de angustia y tiempos de inusitado gozo. No podemos olvidar que la obra del artista tiene su origen, si es auténtica, en una especie de deseo compulsivo irrefrenable. Una idea que se apodera de su mente queriendo salir al exterior, nacer, tan inevitable como un parto que, de por si, es la más cotidiana y consumada obra de arte.
En este proceso el artista está pendiente de que lo que está haciendo se encamina a lograr plasmar esa idea de su mente. Lo hace aun a sabiendas de que solo muy rara vez lo conseguirá y eso si es lo suficientemente afortunado como para lograrlo alguna vez en su vida. Es muy ilustrativo de esto eso de “la copla que está en mi boca, a punto de ser del viento, ¡qué lejos de aquella copla que andaba en mi pensamiento!
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