sábado, 23 de abril de 2011

FUERZAS ARMADAS Y AEROGENERADORES

La imaginación al poder. Mayo del 69. Ha llovido desde entonces, no hay que jurarlo. Sin embargo la imaginación ni tan siquiera tiene partido político con el que llegar al poder.

Como baja la venta de coches, pues incentivemos fabricar más coches; parece cosa de tontos. Como se quedan muchas casa sin vender, desincentivemos la compra de casas; parece cosa de tontos. Como baja el consumo, quitemos poder adquisitivo a los funcionarios y adelgacemos el gasto público; parece cosa de tontos y ya van tres. Como los bancos no canalizan los ahorros hacia la inversión, démosles dinero para que no se sientan inseguros y no tengan que ponerse a trabajar en lo suyo que es prestar dinero; parece de nuevo... cosa de tontos. Si una cosa parece lo mismo muchas veces, quizás sea llegado el momento de pensar que no es sólo apariencia, sino realidad.
Porque veamos, a lo mejor lo que imagino, sin ánimo alguno de llegar al poder, es una solemne tontería, pero luego de haber visto tantas, pues me atrevo a exponerla públicamente.
Se trata por una parte de que la industria pesada de este país fabrique cosas útiles y, con ellas, genere empleo que inyecte dinero a la sociedad. Se trata de que tenemos que ahorrar energía porque el petróleo y sus derivados están cada día más caros. Bueno, pues ¿por qué no dotar a cada base militar de su propio parque eólico; además por duplicado si puede ser para que el sistema de autosuficiencia estratégico sea redundante?. Ni Europa ni nadie podría decirnos como queremos dotar a nuestras fuerzas armadas. La demanda de aerogeneradores sería tan alta como quisiéramos, porque en materias de seguridad todo gasto es poco. Además se potenciaría el I+D en defensa que podría aprovecharse para, pongamos por caso, hacer que la demanda de potencia eólica abarcara tanbién algo tan tradicionalmente estratégico tanto en el sector civil como en el militar, como en el transporte por ferrocarril.
Además, y esto ya es de coña, los implicados en poner estos planes en ejecución podrían redondear sus ingresos substancialmente, perdón por el dicharacho este.