Este año pasado se me murió mi hermano mayor. Ochenta y tres años tenía. Tuvo por oficio la cultura. Se ganaba el pan, que eso es otra cosa, ejerciendo de abogado. Sin embargo lo que más le gustaba era dibujar. Lo recuerdo siempre con un lápiz en la mano a punto de iniciar algún bosquejo. Tengo algunos dibujos de él que no me resisto a publicar en este tablón de anuncios.
2 comentarios:
Cuando veo sus dibujos colgados en tu casa, en la de algún hermano o en la mía, yo también me acuerdo de él. Y cuando veo algunos de sus libros, o los de tía Emma, en mi estantería o en las vuestras. Por cierto, ¿te dije ya que su “Gastronomía de Cartagena” la dedica a la memoria de vuestra abuela, Pepa la Recovera?
Con todo ello consigo engañar a mi memoria, que la más remota perdure sobre la reciente. Tiempos felices, tardes de infancia y adolescencia en Cartagena, en su estudio, sesiones de fotos, canción protesta, y muchos cuencos, muchos, llenos de lápices, pinceles y colores.
Inteligente, dicharachero, culto y simpático. Suerte de familia. Mi tío Eugenio.
María, muchas gracias.
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