November 9, 2011, 9:55 am
por Paul Krugman
El euro acabará no con un bigbang, sino con un bunga-bunga..
Hablando en serio, con la deuda italiana a 10 años muy por encima del siete por ciento se ha entrado en un territorio donde todos los círculos se vuelven viciosos. Mientras, los líderes europeos parecen petrificados como ciervos deslumbrados por los faros de un coche. Parafraseando a Martin Wolf : la inimaginable bancarrota del euro es ahora demasiado imaginable.
La eurozona ha apostado por imponer un ajuste deflacionario que no tendrá éxito. Eso parece seguro. Si los líderes de la eurozona insisten en esa política, tendrán que atenerse a sus consecuencias.
Todas las posibles soluciones para evitar la debacle del euro, pasan por un cambio radical en la política del Banco Central Europeo. Pero, como dice John Quiggin en el Times de esta misma fecha, “ese banco se ha convertido, no en la solución, sino en parte del problema”..
Creo firmemente que el Banco Central Europeo que subió los tipos de interés a principios del año pasará a la historia como un ejemplo clásico de imbecilidad. Posiblemente estaríamos en una mala situación aún en el caso de que no se hubieran subido los tipos de interés, pero la pertinaz estupidez de obsesionarse con prevenir la inflación cuando el euro está obviamente a punto de naufragar es una ofensa a la inteligencia.
Todavía encuentro difícil de creer que el euro pueda caer, pero me parece igualmente improbable que Europa haga lo necesario para evitar esta caída. La fuerza irresistible de la crisis choca contra una actitud inmutable por parte de los líderes europeos; no queda sino contemplar la catástrofe.
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