jueves, 29 de septiembre de 2011

IMPUESTOS SOBRE EL PATRIMONIO


El trabajo de las personas es el auténtico fundamento del dinero.
Lo que conocemos como dinero no es sino un registro de la actividad humana a lo largo de los años. No debería haber otro dinero que el que resultara de la labor de alguien haciendo algo de alguna utilidad para los demás humanos.
El dinero se inventó para ser un medio de intercambio eficaz entre los trabajos que cada cual hacía en beneficio de los otros, para reemplazar al trueque, para prolongar en el tiempo el fruto del trabajo de una persona de modo que en sus tiempos de debilidad (vejez, enfermedad, etc) pudiera atestiguar, para recibir los bienes y servicios necesarios, que él ya había prestado con anterioridad los servicios que la sociedad le requería. El invento representó un avance muy importante para el desarrollo de las sociedades humanas.
Sin embargo el aspecto más que negativo del dinero es su capacidad de acumularse más allá del efectivo ámbito vital del que lo genera; es decir, perdurar generación tras generación cuando ya los trabajos a los que representa se han esfumado con los años. Ese dinero antiguo remansado en manos de alguien que no ha desarrollado servicio alguno para la sociedad, es origen de muchos de los males que nos aquejan. Ese dinero excedente perturba el intercambio racional de bienes y servicios; hay más dinero del que la sociedad genera con su trabajo, es dinero antiguo, residual, que sólo sirve para especular y que actúa como una palanca de poder, ilegítima pero eficacísima. Ese dinero sobrante corrompe voluntades, soborna autoridades, entorpece el desarrollo de los mercados financieros manejándolos a voluntad al aumentar o disminuir la oferta de acuerdo con intereses personales.
Habría que encontrar alguna manera de evitar que ese dinero remansado pudiera ser usado como si hubiera sido generado en la actualidad. Ya sabemos que el dinero se deprecia con el paso del tiempo, sencillamente porque su oferta es cada día mayor. Pero las personas capaces de remansar ese dinero excesivo ya se ocupan de adquirir con ese sobrante bienes que no se deprecien con el paso de los años; acciones de empresas, joyas, metales preciosos, tierras, obras de arte, etc. Es lo que se llama el patrimonio de una persona. Es una manera de acumular ese dinero y volver a ponerlo en circulación al valor de dinero actual cuando lo consideren oportuno. Por eso es importante que de alguna manera se graven los bienes patrimoniales de forma más extremada que la que se aplica para gravar los ingresos por el trabajo. Tanto más cuanto más antiguo fuere el patrimonio. No puede haber patrimonios particulares con siglos de antigüedad. Poco a poco todos los bienes imperecederos en manos de particulares deben revertir de algún modo al bien común, a la sociedad De otro modo la crisis económicas serán cada vez más produndas y fecuentes.

No hay comentarios: